jueves, 17 de mayo de 2012

   Por Juan Limachi  

     PANAMA, 22 abr (Xinhua) -- El colorido típico de las poblaciones  indígenas y la destreza de los artesanos panameños, quienes trabajan  hábilmente las semillas, el metal, las piedras y la madera, han  cautivado a los turistas extranjeros que visitan el país en busca de  turismo ecológico y aventura. 
     Los panameños están orgullosos de contar con una cultura mestiza,  donde no sólo se habla el español y el inglés, sino también otros  idiomas de origen nativo, a través de la cual se ha logrado la  integración de la vasta diversidad étnica en cada una de sus  manifestaciones artísticas.  
     Uno de los productos más cotizados por los visitantes son las  molas, pedazos de telas de color rojo o amarillo, finamente  estampadas con diversas figuras geométricas. Estas piezas son  trabajadas a mano por las mujeres indígenas de la étnia Kuna que  habitan en las islas de San Blas, un paradisiaco archipiélago  ubicado en el caribe panameño. 
     La Tagua, tallados diminutos de figuras en forma de aves, frutas  y animales salvajes, es otra de las joyas de los artesanos panameños  que se ofrecen en pequeñas mesas extendidas por las calles de la  concurrida Vía España, o en el Parque Balboa del Boulevard Balboa,  zonas hoteleras y restauranteras de la ciudad. 
     El tallado en Tagua es realizado por los indígenas de la étnia  Embera, quienes viven en las selvas del Darien, en la frontera con  Colombia.  
     Su fama ha trascendido las fronteras con la exportación a  mercados de Europa y Estados Unidos, donde se venden en las tiendas  especializadas junto a las artesanías latinoamericanas procedentes  del norte y sudamérica.  
     Desde la provincia de Bocas del Toro, en el atlántico norte,  donde habitan grandes poblaciones de origen afroantillano, llegan a  los centros de artesanías y a los puestos ambulantes de la ciudad de  Panamá los tallados de madera con imágenes de estilo africano, en  los cuales prevalecen los colores rojo y negro. 
     Según los datos del Instituto Panameño de Turismo (IPAT), Panamá  recibe alrededor de un millón de turistas al año, entre los cuales  se distinguen los estadounidenses, canadienses y japoneses, quienes  se han convertido en compradores asiduos de las delicadas artesanías  panameñas. 
     Desde hace seis años la ciudad de Panamá cuenta con un mercado  artesanal municipal, enclavado en una céntrica zona de la capital,  donde los productores de todas las regiones del país formaron una  asociación para la expedición colectiva de sus artículos, tradición  ancestral que data desde la época prehispánica. 
     El ministerio de Comercio, a través de su oficina para la  promoción de productos tradicionales, fomenta todos los años  seminarios y cursos de capacitación sobre el mejoramiento de la  calidad de productos y el mercadeo internacional, dirigidos a  artesanos.  
     Panamá, cuyo lema es ser "Puente del mundo y corazón del  universo", es conocido internacionalmente por el Canal interoceánico  y por tener un sólido centro financiero, sin embargo también tiene  una vasta cultura que reivindica las raíces culturales de los grupos  indígenas y afroantillanos que habitan en su territorio